El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes por ser el aniversario de Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, tuvo un papel determinante en el descubrimiento en 1922 de la insulina, hormona que permite tratar a los diabéticos y salvarles la vida.
Este año nos sumamos a la iniciativa de “vestir” nuestro edificio de color azul, por ser el color distintivo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la cantidad de personas con diabetes asciende a 420 millones. En nuestro país, según datos del Ministerio Social de la Nación, afecta a más de 3 millones de personas, y aproximadamente la mitad desconocen su condición.
En este sentido, la detección de la patología es sumamente importante, porque existe un alto porcentaje de personas que la padecen sin saberlo por mucho tiempo, llegando incluso a complicaciones de la enfermedad que reducen las expectativas de vida: neuropatía, alteraciones vasculares de los miembros inferiores que puede llevar a amputaciones, retinopatía, cardiopatía y nefropatía.
Los bioquímicos nuevamente adquieren en este sentido un rol fundamental no solo en la detección de la enfermedad, sino en la investigación científica.