Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de esta enfermedad en la salud de las personas y destacar la importancia de fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
Bajo el lema “Diabetes en las diferentes etapas de la vida”, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) invita este año a renovar el compromiso de los sistemas de salud en torno a un objetivo común: reducir el riesgo de diabetes y garantizar que todas las personas diagnosticadas tengan acceso a una atención integral, equitativa y de calidad.
En ese contexto, la bioquímica clínica desempeña un papel esencial. Desde los laboratorios, los bioquímicos generan información clave para la detección temprana, el monitoreo y la evaluación del tratamiento, haciendo posible que las decisiones médicas se basen en resultados confiables y oportunos.
Su trabajo constituye un pilar fundamental de la atención integral, ya que permite que cada paciente, sin importar su edad o condición, acceda a controles y diagnósticos precisos que mejoren su calidad de vida.
En las diferentes etapas de la vida, la bioquímica acompaña y sostiene el cuidado de la salud.
Durante la infancia y la adolescencia, los estudios bioquímicos contribuyen a la detección temprana de factores de riesgo y al desarrollo de hábitos saludables.
En la adultez, favorecen el seguimiento y control personalizado de quienes viven con diabetes, ayudando a ajustar tratamientos y prevenir complicaciones.
Y en la adultez mayor, permiten un monitoreo integral que preserva la estabilidad metabólica y la calidad de vida, atendiendo las necesidades particulares de cada persona.
El Colegio de Bioquímicos del Chaco reafirma, en este Día Mundial de la Diabetes, su compromiso con una bioquímica cercana, accesible y comprometida con la salud pública: una profesión que acompaña cada etapa de la vida y fortalece los lazos entre la ciencia, la prevención y la comunidad.



